La Compañía Titular de Teatro de la UV presenta Rosalba y los Llaveros, de Emilio Carballido
La obra que cimentó la fama de nuestro laureado dramaturgo
Un montaje de época
La obra que cimentó la fama de nuestro laureado dramaturgo
Un montaje de época
“La mañana está tan linda que todo mundo puede ser joven.
Todo mundo es joven en realidad.
¡Vámonos!”
(Diálogo final de Rosalba en Rosalba y los Llaveros)
Rosalba y los llaveros tuvo su flamante estreno mundial en 1950, ni más ni menos que en el Palacio de Bellas Artes y bajo la dirección de Salvador Novo. El programa de mano describe al autor, de 25 años de edad, como “el dramaturgo más joven de México”. Emilio Carballido fue una joven promesa que cumplió.
En realidad, se trataba de un caso de madurez artística precoz. El diálogo brillante, la meticulosa construcción de las situaciones, los personajes entrañables, la poesía: todas las características dramáticas y literarias que ahora asociamos con el nombre de Carballido ya están presentes en esta obra. Pero al mismo tiempo se respira en ella un impetuoso y a ratos inocente espíritu de juventud: una deliciosa inmadurez. Quizás en esto radica el arrollador encanto que ha convertido a Rosalba en una de las obras favoritas del pueblo mexicano. Y Carballido, con su voz eternamente joven, incluso a 58 años de distancia, sigue teniendo tanto que decirnos...
Rosalba cuenta en registro de comedia la historia de una muchacha sabihonda e impertinente que llega de la capital a un pueblo que se parece demasiado a Tlalcotalpan para desastrar el tenue orden de su familia cercana, un tenue orden tejido sobre la culpa y el chantaje. Esta comedia, que le valió fama inmediata al hasta entonces desconocido joven venticincoañero Emilio Carballido, ya muestra la paciencia de construcción de un autor de oficio y la claridad dialogal que distinguió al hijo predilecto de Córdoba.
A casi sesenta años del montaje original, Alberto Lomnitz, director de la puesta, levantó un homenaje, más que a Carballido, a ese teatro de grandes escenografías y afanes costumbristas. Y el resultado, para sorpresa de los más escépticos, fue una puesta llena de vida y vigencia, en la que los miembros de la compañía que en esta ocasión pisan las tablas muestran, para agrado de la audiencia, los importantes avances que ha tenido la Titular desde que Lomnitz y Boris Schoemann asumieron la dirección.
A decir de Alberto Lomnitz, director de la puesta, en Rosalba se hace un homenaje a Carballido y un homenaje a su teatro. El texto se presenta prácticamente íntegro y se respeta al pie de la letra la escenografía indicada por el autor. “Para el homenaje estuve leyendo una gran parte de las obras del maestro Carballido, realmente eran muchas las que nos hubiera gustado llevar a escena y que todavía tienen algo que decirle al público, pero Rosalba fue el primer gran éxito de Carballido y creímos que, a casi 60 años de distancia, la fuerza de este melodrama cómico rendirá un justo homenaje a nuestro genial dramaturgo”.
El elenco de catorce actores está encabezado por Cariño Selene en el papel de Rosalba, Alba Domínguez que encarna a Aurora, y Julián Loredo, que nos presenta al atribulado Lázaro.
La obra se presentará a partir del 6 de marzo los viernes, sábados y domingos en la Sala Chica del Teatro del Estado. Viernes a las 20:30, y sábados y domingos a las 19:30, el acceso cuesta $60.00 y $40.00 con credencial de estudiantes e INAPAM.
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